Arriba: En 2008, Greenpeace realizó una protesta en Gotemburgo, Suecia, contra los pescadores locales que trabajan en el Sáhara Occidental. La presencia sueca en el Sáhara Occidental ha aumentado desde entonces.

Aunque el discurso oficial de Suecia sobre el Sáhara Occidental se basa en los principios jurídicos aplicables al territorio ocupado, los gobiernos de Suecia han hecho poco para confirmar firmemente esa postura con políticas concretas en el ámbito empresarial sueco. Esa es una de las conclusiones del nuevo informe de WSRW, "Suecia y el saqueo del Sáhara Occidental", en el que se analiza la posición del gobierno y del sector privado de Suecia con respecto a las actividades comerciales en el Sáhara Occidental.

Descargue el informe aquí.

Haciéndose eco de la posición de Suecia de que no podía concederse ninguna preferencia comercial a los productos del Sáhara Occidental en virtud al acuerdo comercial entre la UE y Marruecos, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea decidió en diciembre de 2016 que ningún acuerdo comercial o de asociación con Marruecos es aplicable al territorio del Sáhara Occidental, a menos que cuente con el consentimiento explícito del pueblo saharaui.

Sin embargo, incluso desde dicha sentencia, el gobierno sueco no ha proporcionado orientación y asesoramiento claros ni a las instituciones gubernamentales ni a la comunidad empresarial sueca sobre cómo relacionarse con el territorio del Sáhara Occidental o sobre la sentencia del TJUE.

Mientras tanto, las empresas suecas siguen participando activamente en el Sáhara Occidental. Atlas Copco está proporcionando el equipo necesario para el saqueo por parte de Marruecos de las reservas de fosfato del Sahara Occidental; la empresa naviera Wisby Tankers es un proveedor clave de productos petrolíferos para el territorio, vital para sostener la ocupación; la industria pesquera de Gotemburgo ha cerrado lucrativos acuerdos en las ricas aguas del Sáhara Occidental; mientras que un operador turístico está promoviendo kite-surfing en el sur del territorio. Todos menos un mecanismo de financiación propiedad del gobierno carecen de un protocolo bien establecido para tratar las propuestas de proyectos que afectan al Sáhara Occidental.

"El gobierno sueco tiene la responsabilidad de asesorar a las empresas y organismos gubernamentales sobre cómo actuar en relación con el Sáhara Occidental. La actual ausencia de guía por parte del gobierno ha llevado a diversas interpretaciones de los principios jurídicos aplicables al Sáhara Occidental, no es justo para los saharauis ni para los empresarios suecos", dice Erik Hagen de Western Sahara Resource Watch. "Pedimos al gobierno sueco que aconseje claramente a las empresas que no se involucren en el territorio", declaró Hagen.

El informe está escrito en colaboración con Emmaus Stockholm y se presenta oficialmente al público hoy en Estocolmo. Más información sobre el lanzamiento del informe está disponible en la página web de Emaús Estocolmo.

Aquí una version en sueca del informe.