Los fertilizantes exportados por Marruecos contienen niveles peligrosos de cadmio, un metal pesado. Ahora Marruecos trata de impedir que la UE aplique regulaciones para limitar este elemento cancerígeno.
Es necesario limitar los riesgos del cadmio para la población de la UE, y reducir la exposición a este metal pesado en nuestra comida. Esta fue la conclusión de varias evaluaciones de riesgos e iniciativas emprendidas por la Comisión Europea en los últimos años.
Preocupada por los efectos perjudiciales del cadmio para la salud –por ser un carcinógeno- la Comisión
propuso en 2016 un reglamento para los fertilizantes que contienen roca fosfórica, que estipula la reducción gradual del contenido de cadmio a 20 mg/kg. Los fertilizantes fosfatados son responsables del 60% de las actuales emisiones de cadmio a los suelos y cultivos de la UE, según un
estudio de febrero de 2017 del Departamento de Políticas del Parlamento Europeo. El Reglamento se votará próximamente en el Parlamento Europeo y entrará en vigor el
1 de enero de 2018.
Sin embargo, el gobierno marroquí está trabajando actualmente de manera intensiva para evitar que la UE cambien las regulaciones sobre este peligroso elemento.
Marruecos es el mayor exportador de roca fosfórica del mundo. La mayor parte de su producción de roca fosfórica y fertilizantes se exportan desde el propio Marruecos, pero algunos también se exportan desde el Sáhara Occidental, bajo ocupación. La última carga de roca fosfórica exportada ilegalmente desde el Sáhara Occidental ocupado a la UE, llegó el
8 de octubre de 2016 a Lituania.
Según
TelQuel, la compañía estatal marroquí de fosfatos OCP vende el 32% en Europa. Dado que el reglamento propuesto daría lugar al paulatino cese de ventas, la OCP ha comenzado un intenso contra-lobby. OCP sostiene que no hay suficiente evidencia científica que justifique la iniciativa de limitar los niveles de cadmio, y de hecho sugiere elevar los niveles a 80 mg/kg, mucho más de lo que propone la Comisión Europea.
OCP incluso ha dado instrucciones a uno de los bufetes de abogados en su nómina, Dechert LLP, para presionar a los parlamentarios europeos de que voten en contra de la regulación propuesta.
El 11 de mayo de 2016, la OCP envió una carta a la Comisión, manifestando su desacuerdo con la propuesta. La OCP también lamentó que "los principales productores de fertilizantes no hubieran sido consultados". La ironía es que la propia OCP se niega a buscar el consentimiento del pueblo del Sáhara Occidental para saquear la roca fosfórica del territorio.
El bufete Dechert LLP lleva tiempo trabajando para OCP. La compañía ha estado implicada principalmente en convencer a inversionistas e importadores alrededor del mundo sobre el polémico comercio de Marruecos de roca fosfórica del Sáhara Occidental.
Parte de la estrategia de Dechert consiste en el uso de presuntas opiniones jurídicas, según las cuales es perfectamente legal importar desde el Sáhara Occidental y en que se afirma que el pueblo saharaui se beneficia de dicho comercio. Los saharauis, que tienen el derecho internacionalmente reconocido a determinar el estado de su tierra y sus recursos,
nunca han visto ninguna de esas opiniones, a pesar de haber pedido una copia en repetidas ocasiones.
La regulación del cadmio propuesta por la Comisión para los abonos fosfatados sugiere la adopción gradual de concentraciones cada vez más bajas de cadmio para frenar la creciente exposición en Europa a largo plazo. Concretamente, la concentración se limitaría a 60 mg de cadmio por kg de roca fosfórica cuando el Reglamento entrara en vigor. Tres años más tarde, el nivel de concentración se reduciría a 40 mg/kg. Y nueve años más tarde, 12 años después de la entrada en vigor, la concentración máxima de cadmio sería de 20 mg/kg.
El Parlamento Europeo (PE)
está estudiando actualmente la propuesta de la Comisión, y se espera que emita una votación dentro de unos meses. El Comité del PE para el Medio Ambiente, la Salud Pública y la Seguridad Alimentaria tiene competencia exclusiva para modificar los límites de cadmio establecidos por la propuesta de la Comisión. El Comité ha designado a Elisabetta Gardina (Italia, PPE) como encargada para estudiar la cuestión.
La acumulación gradual de cadmio en pastizales y tierras agrícolas también ha sido motivo de preocupación en Nueva Zelanda y Australia. Nueva Zelanda es uno de los principales compradores de roca fosfórica marroquí y del Sáhara Occidental. Australia fue un importador clave hasta hace poco, pero dos de las tres empresas importadoras han encontrado otras fuentes de suministro.
Se dice que la roca fosfórica manejada por OCP -incluyendo la roca del Sáhara Occidental- contiene cadmio
en un promedio de 29,5 y 72,7 mg/kg. El
Departamento de Políticas del PE maneja datos aún más negativos, hablan de niveles de 38-200 mg Cd/kg P2O5.
Según la FAO, puede que Marruecos posea más de la mitad de las reservas mundiales de fosfatos. Incluyendo las reservas que explotan en el Territorio No Autónomo del Sáhara Occidental. Como concluyó la misión de investigación de la ONU en el Sáhara Occidental en 1975, si Marruecos tuviera éxito en ejercer el control sobre su país vecino hacia el sur, se convertiría un día en el principal exportador mundial de fosfato. Más tarde ese mismo año, desafiando el derecho internacional y las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, Marruecos invadió el Sáhara Occidental. Hasta la fecha, controla militarmente la mayor parte del territorio, incluida la mina de fosfatos de Bou Craa. OCP, la empresa estatal de fosfatos de Marruecos, explota Bou Craa como si tuviera derecho a hacerlo. Pero no lo tiene.