El miércoles 27 de julio, a las 13,30 horas, tuvo lugar una concentración de protesta delante de las instalaciones de la fábrica conservera JEALSA. Los manifestantes, alrededor de 15 entre saharauis y españoles, denunciaron el robo de los recursos naturales del Sáhara y exigieron a JEALSA que dejase de “piratear” los recursos pesqueros del territorio ocupado.

Jealsa posee una fábrica en El Aaiún donde enlata más de 33 millones de latas de sardinas saharauis, la mayoría de ellas destinadas a Hacendado, la marca blanca de Mercadona. Según el dictamen legal de la ONU, la explotación de recursos naturales en territorios no autónomos es ilegal si no se hace con el consentimiento y en beneficio de sus legítimos dueños, los saharauis. Jealsa es plenamente consciente de ello, no sólo porque WSRW se lo ha manifestado en multitud de ocasiones sino, también, porque el propio Frente Polisario, legítimo representante de los saharauis, así se lo ha hecho saber en una carta dirigida a Manuel Sieiras, Director General de marcas de Jealsa, en la que el Polisario instaba a Jealsa al “cese inmediato de todas sus actividades en el Sahara Occidental, procediendo a retirarse del territorio y estableciendo los mecanismos necesarios que aseguren, de forma clara y definitiva, que Jealsa no continúa con la explotación ilegal de los recursos naturales de los saharauis”.

Durante el transcurso de la manifestación, se gritaron proclamas contra los negocios de Jesús Alonso en el Sáhara Occidental y el expolio de los recursos naturales saharauis. Al final de la misma se leyó un comunicado en el que se denunciaba la participación de JEALSA en el expolio ilegal del Sáhara Occidental mediante su participación en la empresa DAMSA que produce pescado en conserva en El Aaiún. Además, el delegado del Frente Polisario en Galicia pronunció un discurso incidiendo en esos términos y haciendo alusión a las resoluciones de las Naciones Unidas que condenan la explotación de los recursos de los Territorios No Autónomos, como es el caso del Sáhara.

Posteriormente, una delegación de tres representantes de los manifestantes, junto con una persona no identificada que posteriormente aseguró ser un guardia civil vestido de paisano, fueron recibidos por Jesús Alonso, presidente de Jealsa.

En el transcurso de la conversación con el Sr. Alonso, los manifestantes expresaron sus motivos para exigir el cierre de los negocios de Jealsa en el Sáhara Occidental ocupado. Sin embargo el Sr. Alonso, lejos de escuchar dichos motivos y de comprometerse al menos a analizarlos, se empeñó en mostrar las excelencias de una empresa modelo que tiene negocios en todo el mundo y que “genera muchos puestos de trabajo en la zona”, llegando incluso a preguntar a los manifestantes si es que “le estaban pidiendo que despidiese a muchos trabajadores”, a lo que se le respondió que los trabajadores de que habla no son saharauis sino colonos marroquíes y que los verdaderos saharauis están discriminados y son perseguidos con métodos brutales cuando intentan protestar por sus condiciones, recalcando que no hacía falta que despidiese a nadie, sino que el que tenía que despedirse del Sáhara era él y que para ello sólo hacía falta la voluntad de hacerlo.

El Sr. Alonso también negó haber recibido una carta del Frente Polisario y, sin embargo, se mostró mucho más preocupado por la situación en la que se quedaría él “si los marroquíes se enteran de que he hablado con ustedes”.

Por último, los manifestantes insistieron en que JEALSA se había equivocado desde el momento en que decidió invertir en el Sáhara y que había sido un error garrafal ir a un sitio proclamado por la ONU como TNA a invertir con las circunstancias ilegítimas de una ocupación no reconocida por nadie en el mundo, a lo que Alonso respondió que tenían parte de razón cuando le decían que había sido un error pero añadió que “el error se debía a que la fábrica no está dando los beneficios previstos”.