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Hoy, 16 de noviembre de 2020, los manifestantes locales en Nueva Zelanda denunciaron a las empresas Ravensdown y Ballance Agri-Nutrients, dos colectivos de agricultores que se encuentran entre las últimas empresas que continúan importando roca fosfórica del Sahara Occidental ocupado.

El acto ha recibido gran atención de los medios de comunicación en Nueva Zelanda, o sea de TVNZ, Otago Daily Times, Stuff y Sunlive.

En Tauranga, los activistas construyeron trípodes y cerraron las puertas de la planta de Ballance, cerrando así la planta. Al menos un manifestante fue arrestado. En Masteron activistas se encadenaron a las puertas de la planta de Ravensdown, parando así todas las actividades. También aquí, una persona fue arrestada. En Dunedin los activistas bloquearon el depósito de Ballance de Taieri. La policía ha acudido y amenazó con detenciones. En Christchurch los activistas entregaron una carta de protesta a la oficina principal de Ravensdown y bloquearon la entrada principal del edificio.

El Sáhara Occidental es la última colonia de África en la que aún queda por completar el proceso de autodeterminación. El pasado viernes 13 de noviembre de 2020, el acuerdo de alto el fuego de tres décadas entre la potencia ocupante Marruecos y el movimiento de liberación Polisario colapsó después de que las tropas marroquíes intervinieran violentamente en una protesta saharaui que tuvo lugar en la franja neutra o de protección, donde la presencia militar está estrictamente prohibida. El Ejército de Liberación Saharaui tomó represalias atacando los puestos militares marroquíes estacionados a lo largo de la berma, una muralla militar fortificada de 2700 km erigida por Marruecos, que de hecho divide el territorio. Ayer, las fuerzas armadas marroquíes respondieron en concordancia con la decisión de Rabat de no "tolerar ninguna provocación de este tipo". Hoy, el Sáhara Occidental vuelve a ser escenario de guerra.

Los saharauis llevan años pidiendo a Ravensdown y Ballance que pongan fin a las importaciones de su tierra natal ocupada, que perciben como financiación y legitimación de una ocupación ilegal. No obstante, las empresas han continuado sus compras.

Las importaciones de Ravensdown y Ballance van en contra de lo aconsejado por el gobierno de Nueva Zelandia, que ha instado a las empresas a que estudien la importación procedente de otras fuentes. A principios de este año, el ministro de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda escribió que "el gobierno de Nueva Zelanda ha dejado claro a las empresas que importan del Sáhara Occidental que deben cumplir con el derecho internacional, buscar asesoramiento legal independiente y que importan corriendo ellos mismos el riesgo."

El ministro continuó diciendo que "el gobierno también ha solicitado que la industria de los fertilizantes investigue activamente la viabilidad de fuentes alternativas de fosfato que satisfagan los requisitos específicos de los pastos de Nueva Zelanda. Lamentablemente, hasta ahora no se ha presentado ninguna alternativa viable, pero el gobierno espera que continúen los esfuerzos para encontrar una fuente alternativa."