En una reunión celebrada el pasado 8 de octubre en la Comisión de Asuntos Europeos del Parlamento danés, el Ministro de Alimentación, Agricultura y Pesca, Karen Hækkerup, presentó a los miembros del Comité la opinión del Gobierno de no apoyar el Protocolo. El razonamiento del ministro se debió principalmente a la preocupación por la falta de sostenibilidad medioambiental del acuerdo. En su presentación inicial, la Ministra menciona brevemente la cuestión del Sáhara Occidental y la ocupación de Marruecos.

Sin embargo, a través de varias rondas de preguntas críticas sobre cuestiones de derechos humanos y sobre la violación del acuerdo de la legalidad internacional, el asunto del Sahara fue abordado más en detalle.

El miembro danés de Western Sahara Resource Watch, Afrika Kontakt, estuvo presente en la reunión y señaló que WSRW cree que las faltas fundamentales del acuerdo se centran en los derechos humanos y la legalidad internacional además de en los aspectos medioambientales.

Según declaró Mads Barbesgaard, Presidente Político de Afrika Kontakt a WSRW, "el debate y la amplia mayoría en el Parlamento danés constata que la cuestión del Sáhara Occidental no es un problema marginal sino una preocupación generalizada en Dinamarca."

La misma amplia mayoría de los miembros del comité hizo además hincapié en que ellos querían que el Gobierno danés trate de bloquear el acuerdo cuando se vote en el Consejo, presumiblemente en noviembre, mediante el trabajo conjunto con los países de ideas afines hasta esa fecha.


"Vamos a seguir de cerca el trabajo de la Ministra para asegurarnos de que mantiene su promesa de influir en sus colegas en el Consejo para poner fin a este acuerdo, que constituye una violación flagrante del derecho internacional y socava la lucha del pueblo saharaui por la justicia política y socioeconómica", declaró Christian Juhl, portavoz del Enhedslisten de Asuntos Exteriores, a WSRW.

Desde que se rechazó el anterior Protocolo de Pesca UE-Marruecos en 2011, Marruecos ha firmado un gran acuerdo de pesca con Rusia, además de aumentar su propia flota en las aguas que ocupa. Las poblaciones de pelágicos en la región se consideran amenazadas, sobre todo debido a la intensa actividad de pesca pelágica en aguas de la vecina Mauritania. Una evaluación del anterior Protocolo UE-Marruecos llegó a la conclusión de que la flota de la UE ha contribuido a la sobrepesca en todas las poblaciones de la región.