El gigante alemán del cemento HeidelbergCement declara que las operaciones de la compañía en el Sahara Occidental ocupado son perfectamente legales según un informe llevado a cabo por… HeidelbergCement.
El Consejo de Administración de HeidelbergCement ha defendido que las operaciones de la compañía en el Sáhara Occidental ocupado no violan el derecho internacional, de acuerdo con "un análisis integral de riesgos referente a los derechos humanos" que ha llevado a cabo la propia empresa.
Esto se afirmó en la Junta General Anual virtual de HeidelbergCement el 4 de junio de 2020, cuando la dirección de la empresa respondió a las preguntas ya a una moción ppresentada por la ONG alemana Dachverband der Kritischen Aktionärinnen und Aktionäre en colaboración con Western Sahara Resource Watch (WSRW).
HeidelbergCement controla actualmente dos cementeras en el Sáhara Occidental a través de su filial marroquí Ciments du Maroc. Por un lado, tiene una participación mayoritaria en una empresa trituradora de cemento en El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental. En mayo de este año, se hizo cargo de Cimenteries Marocaines du Sud (CIMSUD), también ubicada en El Aaiún.
La Junta de HeidelbergCement además cita beneficios locales para respaldar su postura, mientras ignora por completo el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, un derecho respaldado por la Corte Internacional de Justicia y el principio fundamental que guía el proceso de paz de la ONU para resolver el conflicto. En los últimos años, sentencias consecutivas del Tribunal de Justicia de la Unión Europea han anulado la aplicación al Sáhara Occidental de los acuerdos UE-Marruecos, porque el pueblo saharaui no había otorgado su consentimiento, una traducción, en la práctica, de la autodeterminación. La cuestión de los beneficios es irrelevante, concluyó la Corte en el §106 del Asunto C‑104/16 P: lo que importa es que el pueblo del Sáhara Occidental haya expresado su consentimiento.
A pesar de haber incumplido ese claro requisito legal, basado en los principios aplicables del derecho internacional, HeidelbergCement afirma que está convencida de que sus acciones son permisibles, en tanto que se dan beneficios "locales". A WSRW le parece que la llamada 'auditoría' de la compañía de cemento nunca se ha compartido con ningún grupo saharaui relevante, y no se conoce que las instituciones saharauis hayan respaldado los términos o la conclusión del documento.
WSRW ha transcrito las respuestas completas de la Junta de HeidelbergCement. Encuentre la transcripción alemana aquí, y la traducción al inglés aquí.
"Al proporcionar material básico para la construcción de la infraestructura en el territorio ocupado, HeidelbergCement apoya directamente las prácticas ilegales de anexión y colonización llevadas a cabo por Marruecos, que los Servicios de Investigación del Bundestag alemán han clasificado como una violación del Cuarto Convenio de Ginebra y su Primer Protocolo Adicional", dice la moción presentada, refiriéndose al análisis realizado por los Servicios de Investigación del Bundestag que calificaron a Marruecos como potencia ocupante.
"Además del derecho internacional humanitario, HeidelbergCement también debe respetar la conclusión del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas de que el Sáhara Occidental no es parte de Marruecos", dice la moción, y agrega que HeidelbergCement y sus filiales deben obtener el consentimiento del pueblo del Sáhara Occidental para que sus actividades sean legales.
Los saharauis son hoy una minoría en su propia tierra, superados en número en una proporción aproximada de 3 a 1. Marruecos invadió violentamente el Sáhara Occidental en 1975, ignorando deliberadamente al Consejo de Seguridad de la ONU y a la Corte Internacional de Justicia que había concluido que Marruecos no tenía soberanía sobre el Sahara Occidental y que los habitantes del territorio, el pueblo saharaui, tenían derecho a la autodeterminación: el derecho a elegir el estatus de su tierra. La guerra brutal que siguió provocó la huida de muchos saharauis de su tierra natal, que establecieron campamentos de refugiados en el vecino desierto de Argelia. Hasta la fecha viven allí como refugiados en duras condiciones humanitarias, separados de sus parientes por un muro militar marroquí de más de 2000 kilómetros que divide efectivamente el Sáhara Occidental. La ONU trata el Sáhara Occidental como un territorio no autónomo sin ningún poder administrativo designado. Hasta la fecha, ningún Estado ha reconocido la reivindicación de Marruecos sobre este territorio. Los saharauis que viven en la parte del Sahara Occidental ocupada por Marruecos están sujetos a atroces violaciones de los derechos humanos, como vienen denunciando Human Rights Watch y Amnistía Internacional.
"Las fábricas trituradoras, situadas cerca de El Aaiún, importan clínker y yeso de Marruecos y compran materias primas adicionales a compañías saharauis, es decir, de propiedad local, y la mayoría de los productos, un 65%, se venden en El Aaiún y alrededores, lo que también beneficia a la población local. El resto se exporta a Marruecos. Por lo tanto, consideramos que nuestras actividades en el terreno son compatibles con el derecho internacional", declaró la Junta Directiva de HeidelbergCement en la Junta General Anual.
"Hemos llegado a la conclusión de que las actividades están de acuerdo con el derecho internacional, que no lo violan, y una vez más me gustaría señalar que estamos trabajando muy duro para mejorar las condiciones económicas de la población local, que utilizamos las materias primas en el terreno lo menos posible si no hay precisiones concretas, y a este respecto es cierto que el 9% de las acciones lo detentan actores locales y socios comerciales, y que al mismo tiempo el 50% de los empleados son colegas locales", manifestó la Junta Directiva.
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