Uno de los líderes del movimiento de protesta de saharauis en paro, que desde hace meses han dirigido sus campañas contra la compañía estatal marroquí de fosfatos OCP, murió tras haber sido torturado por la policía marroquí.
La foto muestra a Brahim Saika esposado a la cama de hospital mientras estaba en coma. La foto fue tomada por su familia que sólo fue autorizada a verle una única vez, detrás de un cristal, en la semana en que estuvo hospitalizado.El 1 de abril, Brahim Saika fue detenido cerca de su casa, en Guilmin, una ciudad saharaui al sur de Marruecos donde vive una importante comunidad saharaui. Saika volvía de una reunión con sindicalistas y parados saharauis. La policía le detuvo por su implicación en las manifestaciones que tenían lugar en la ciudad. Saika fue llevado a la comisaría donde fue torturado sin parar durante horas.
Tras este calvario, Saika inició una huelga de hambre como único medio de protesta por la situación en la que se encontraba. Cinco días después, su salud se había deteriorado significativamente y fue trasladado al hospital de Agadir.
Brahim Saika pasó varios días en coma hasta que falleció el viernes 5 de abril en el hospital de Agadir, presumiblemente como consecuencia de las complicaciones surgidas tras las duras torturas de la policía y su consiguiente huelga de hambre.
Las autoridades no accedieron a la petición de una autopsia que realizó la familia para determinar la causa de su muerte. Los médicos habrían dicho a la familia de Saika que murió como consecuencia del mordisco de una rata.
Brahim Saika ya había estado encarcelado 4 años por sus ideas políticas. Recientemente se había revelado como uno de los líderes del grupo de licenciados saharauis en paro que protestaba contra las políticas de empleo discriminatorias para los saharauis, y contra su marginación sistemática por el estado marroquí.
Las manifestaciones, basadas en agravios sociales y económicos han resultado un escenario habitual tanto en los territorios ocupados como en ciudades del sur de Marruecos, que cuentan con una numerosa población saharaui.
En concreto, en el Sahara Occidental, las protestas se han intensificado en los últimos 6 meses tras el anuncio por la compañía estatal de Marruecos OCP de que iba a contratar a 500 personas en la zona, ya que pronto quedó claro que esas vacantes no serían cubiertas por saharauis al ser muy elevado el criterio de calificación. Los saharauis viven hoy como una minoría marginada en su propia tierra y a menudo no se pueden permitir una educación superior, que sólo está disponible en Marruecos. Marruecos no ha establecido ni una sola universidad en el Sahara Occidental.
Las manifestaciones de los diplomados saharauis han sido, sin excepción,
reprimidas violentamente por las fuerzas de ocupación marroquíes.
La muerte de Saika ha dado lugar a manifestaciones en masa en Guilmin, que también provocaron la intervención de la policía. Ver las fotos a continuación.