IFS Food, una etiqueta que garantiza la protección contra el fraude alimentario, facilita la práctica del fraude alimentario.
Foto: @ElliLorz
El 21 de julio, la organización española de defensa de los consumidores CECU, junto con la asociación española de agricultores COAG, presentó una denuncia formal contra la comercialización fraudulenta de tomates procedentes del Sáhara Occidental ocupado, bajo la marca Azura, por parte de la cadena de supermercados Carrefour. WSRW escribió sobre el asunto el 28 de julio.
La denuncia presenta un argumento contundente: el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dejado clara su postura. En una sentencia vinculante emitida el 4 de octubre de 2024, afirmó que los productos originarios del Sáhara Occidental no pueden etiquetarse como marroquíes cuando se venden en el mercado de la UE; deben etiquetarse como procedentes del «Sáhara Occidental» y no de «Marruecos». El máximo tribunal europeo ha dictaminado diez veces desde 2016 que el Sáhara Occidental y Marruecos son territorios «separados y distintos».
El Sáhara Occidental permanece parcialmente bajo la ocupación extranjera ilegal de Marruecos.
Sin embargo, las empresas marroquíes e internacionales que operan en el territorio ocupado, y sus distribuidores internacionales, siguen operando como si nada, ignorando las sentencias judiciales. El etiquetado incorrecto del país de origen en los productos suele constituir lo que se conoce como "fraude alimentario". Esta práctica ha sido denunciada ante las autoridades de consumo españolas.
Azura, la empresa responsable de los tomates en conflicto que forman parte de la denuncia ante las autoridades de consumo españolas, informa que cuenta con un certificado que garantiza la lucha contra el fraude alimentario:
“La producción de Azura está etiquetada por estándares internacionales como BRC Food o IFS Food”, escribió Azura en su informe de sostenibilidad de 2024, publicado en julio de 2025.
El problema de la comercialización errónea, en combinación con la etiqueta IFS Food, es quizás aún más grave cuando se trata de empresas dedicadas a la distribución de productos pesqueros.
La controversia de IFS
La iniciativa alemana IFS Food afirma en su sitio web que ayuda a “las empresas a aumentar la fiabilidad de sus productos” y, aunque su objetivo es proteger contra el fraude alimentario, corre el riesgo de facilitar prácticas engañosas.
Cuando los consumidores ven la etiqueta IFS en un producto, deben comprender que no garantiza que no se produzcan declaraciones de origen engañosas, a pesar de que la etiqueta IFS se creó para evitarlas.
IFS Management GmbH es una empresa alemana responsable del desarrollo y mantenimiento de los Estándares Internacionales Destacados (International Featured Standards - IFS, en inglés), diseñados para garantizar la calidad, la seguridad y el cumplimiento normativo en los sectores alimentario, minorista y logístico. Estos estándares son especialmente importantes para las empresas que buscan satisfacer tanto las expectativas de los clientes como los requisitos legales mediante la certificación.
Uno de sus programas emblemáticos, el IFS Food Standard (Estándar Alimentario IFS), actualmente en su última versión 8, se centra en la certificación de fabricantes y procesadores de alimentos.
Cuando se trata del Sáhara Occidental, IFS Food presenta un triple problema.
WSRW escribió a IFS Management GmbH el 29 de noviembre de 2024 y el 13 de junio de 2025 pero no recibió respuesta.
Abordando el fraude alimentario
El Estándar IFS, que las empresas marroquíes certificadas deben cumplir, incluye varias disposiciones que abordan el fraude alimentario. En particular, el párrafo 1.2.5 establece:
“La alta dirección deberá mantener un sistema para garantizar que la empresa esté informada de toda la legislación pertinente […] y que sea consciente de los factores que pueden influir […] en los riesgos de fraude alimentario.”
“4.20 Fraude alimentario. […]
4.20.2 Se documentará, implementará y mantendrá una evaluación de vulnerabilidad al fraude alimentario, que incluirá los criterios de evaluación. El alcance de la evaluación abarcará todas las materias primas, ingredientes, materiales de envasado y procesos subcontratados, para determinar los riesgos de actividad fraudulenta en relación con la sustitución, el etiquetado incorrecto, la adulteración o la falsificación.”
Las empresas certificadas no cumplen los requisitos del IFS Food Standard. Varias empresas marroquíes y españolas (véase más abajo) que afirman cumplir la norma participan activamente en la publicidad engañosa online de sus productos pesqueros. Estas infracciones también parecen ser ignoradas por los organismos de certificación externos responsables de garantizar que las empresas operen conforme a la norma.
IFS Food no respondió a la consulta de WSRW sobre las medidas adoptadas para impedir que productos de fábricas certificadas se comercialicen en el mercado europeo como originarios de Marruecos. Tampoco comentó sobre su opinión sobre los riesgos para la reputación que podría enfrentar el Estándar IFS, dado que los sitios web de las empresas certificadas, y posiblemente los propios certificados IFS, engañan a los consumidores sobre la verdadera ubicación de las empresas productoras.
WSRW solicitó copias de los certificados a IFS Food y a todas las empresas que hacen referencia a IFS Food mencionadas en este artículo, pero no recibió respuesta.
Certificados y marketing erróneos
Se desconoce la cantidad de dinero que IFS Food ha obtenido al permitir certificados con información falsa sobre el país de origen a empresas marroquíes y extranjeras que operan en el territorio ocupado, en parte porque se desconoce la tarifa que IFS recibe y en parte porque IFS Food no cuenta con un registro abierto de certificados como sí lo tienen otros estándares. Por lo tanto, es imposible evaluar el alcance del apoyo que brinda a la industria pesquera ilegal marroquí en el territorio.
El único certificado IFS Food completo que WSRW ha encontrado en línea, correspondiente al IFS Food Standard, es el emitido a la empresa marroquí Conserveries Rio de Oro SARL por la empresa de certificación francesa Eurofins (véase más arriba).
Según este certificado IFS Food, la empresa marroquí figura como ubicada en «Marruecos», lo cual es incorrecto. IFS Food no respondió a la pregunta de si Eurofins, el organismo de certificación, les informó alguna vez de la inexactitud de la dirección física del establecimiento mencionado. Tampoco aclaró si considera que el hecho de que el organismo de certificación no presentara los mapas de las Naciones Unidas constituyera un caso de negligencia. Eurofins tampoco respondió a la carta de WSRW.
Varias empresas marroquíes que operan en el territorio ocupado, así como distribuidores marroquíes y españoles de productos pesqueros del Sáhara Occidental, afirman públicamente poseer certificados IFS Food. WSRW no ha podido obtener copias de estos certificados ni verificar la veracidad de estas afirmaciones. Esto aplica a:
Ninguna de las empresas mencionadas respondió a las cartas de WSRW, lo que impide determinar si sus afirmaciones sobre una conexión con IFS Food son auténticas o inventadas. Congelats del Nord hizo referencia incorrectamente a un sistema de certificación diferente (MSC) en su sitio web y se vio obligada a eliminar esta referencia tras ser contactada por MSC en diciembre de 2024.
Existen aspectos aún más preocupantes de las prácticas de IFS Food, que demuestran que el supuesto cumplimiento de su norma tiene poca relevancia real.
El Estándar IFS, versión 8, párrafo 1, «Gobernanza y compromiso», señala lo siguiente:
1.1.1 “La alta dirección deberá desarrollar, implementar y mantener una política corporativa que incluya, como mínimo:
• seguridad alimentaria, calidad del producto, legalidad y autenticidad”.
El Estándar IFS define la Autenticidad Alimentaria como «La característica de un alimento en relación con su origen (…)».
IFS no respondió a la pregunta sobre la legislación de qué país considera aplicable al Sáhara Occidental.
“Si IFS considera que los reglamentos, leyes, controles o permisos del Gobierno marroquí son legalmente válidos incluso en el Sáhara Occidental, ¿cómo casa esto con la postura del TJUE, que no considera que Marruecos tenga soberanía ni capacidad de administración sobre el Sáhara Occidental y, por lo tanto, no considera que el Sáhara Occidental forme parte de Marruecos?”, preguntó WSRW. No hubo respuesta.
En consecuencia, el aspecto de la seguridad alimentaria de IFS Food se encuentra muy en entredicho.
IFS Food no respondió a las preguntas sobre si dispone de criterios para evaluar la legalidad de la pesca procesada conforme al derecho internacional. Tampoco abordó su opinión sobre la facultad legal del Gobierno marroquí para expedir licencias de pesca en aguas costeras del Sáhara Occidental, especialmente a la luz de las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en los asuntos acumulados C‑778/21 P y C‑798/21 P (4 de octubre de 2024) y C-266/16 (2018, apartados 67-69), así como del hecho de que el pueblo saharaui no haya dado su consentimiento.
El apartado 4.4 Compras del Estándar IFS, establece:
4.4.1 “Se documentará, implementará y mantendrá un procedimiento para el abastecimiento de materias primas, productos semiacabados y materiales de embalaje, así como para la aprobación y supervisión de proveedores (internos y externos). Este procedimiento deberá contener, como mínimo: • riesgos de las materias primas y/o proveedores • estándares de rendimiento requeridos (p. ej., certificación, origen, etc.)...” 4.4.2 “Los materiales adquiridos se evaluarán, en función de los riesgos y la situación de los proveedores, en cuanto a seguridad alimentaria, calidad del producto, legalidad y autenticidad...”
Entre las empresas mencionadas, todas ellas con certificación IFS, algunas tienen su sede en Marruecos. Éstas se abastecen de materias primas del Sáhara Occidental. IFS Food no respondió a preguntas sobre cómo estos establecimientos garantizan el cumplimiento legal en la cadena de suministro ni sobre cómo se etiquetan correctamente los productos exportados desde el Sáhara Occidental a Marruecos.
IFS Food no respondió a preguntas sobre las medidas adoptadas, si las hubiera, para garantizar que las empresas de distribución de alimentos etiqueten correctamente sus productos.
Además, IFS Food nunca aclaró si ha investigado si el pueblo saharaui ha consentido la emisión de certificados a empresas marroquíes que operan en el Sáhara Occidental ocupado o a empresas extranjeras que se abastecen de productos del territorio.
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