Tras los titulares y la manipulación diplomática que pretenden presentar al Consejo de Seguridad como alineado con Marruecos, se esconde una realidad mucho más matizada: el núcleo del debate sigue siendo precisamente el derecho que Rabat lleva décadas intentando enterrar —el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación.
Un paquete de tomates cherry vendido esta semana en un supermercado francés ilustra la confusión provocada por el apresurado intento de la Comisión Europea de modificar las normas comerciales y de consumo de la UE para adaptarlas a las reivindicaciones territoriales de Marruecos sobre el Sáhara Occidental ocupado.
La empresa neerlandesa-noruega con sede en Turquía, dedicada a la producción de alimento para peces, depende de los cuestionables certificados emitidos por MarinTrust para respaldar sus importaciones procedentes del Sáhara Occidental ocupado.
El sistema de certificación blanquea productos pesqueros multimillonarios procedentes del Sáhara Occidental ocupado, bajo un falso país de origen.
La empresa certificadora LSQA ha cesado toda su actividad en el Sáhara Occidental, donde anteriormente había certificado a productores marroquíes que operaban en los territorios ocupados.
Una década después de su anuncio inicial, el destino de uno de los parques eólicos de Enel en el Sáhara Occidental ocupado sigue siendo incierto.